Invitada por los profesores Lionel Brossi, Patricio Jara y Pablo Marín del Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile, la periodista y docente especializada en literatura anglosajona, conversó con los académicos en la charla magistral abierta "claves y arte de la entrevista periodística".
Este viernes 9 de noviembre, la periodista y escritora especializada en literatura anglosajona, Paula Varsavsky (1963, Buenos Aires, Argentina) hizo una pausa en su ajetreada agenda, que incluyó la visita a la 38° Feria Internacional del Libro de Santiago, para ofrecer una charla magistral a alumnos de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile. Los profesores Patricio Jara, Pablo Marín y Lionel Brossi, organizaron el encuentro y se encargaron de guiar la conversación, que tuvo como objetivo analizar las claves y arte de la entrevista periodística, área en la que la periodista se ha especializado a lo largo de toda su carrera.
Sobre qué sintió al verse publicada por primera vez a los 23 años, la profesional señaló que fue para ella "un impacto realmente enorme. Tengo que aclarar que a fines de la década de los 80 no había internet, por lo que lo que salía en los diarios era muy importante. Fui a la verdulería ese día y el de la verdulería me dijo -vos te llamás así, ¿no? Paula Varsavsky-. Y me dice: -sos vos- Y sacó el diario para mostrar el artículo".
Para la autora de Las mil caras del autor, las correcciones son la única forma de aprender: "Hoy en día sigo dando mis textos -especialmente los libros- a colegas para que me corrijan. Yo aprendí mucho en el Diario La Nación con Hugo Becaccece. Él me mataba con los artículos. Yo siempre decía, Hugo no me quiere nada a mí. Yo encontraba que no me quería, pero la verdad era que me daba mucho espacio. A él le gustaba que llevara escritores anglosajones, le gustaban esos temas", comentó.
Consultada sobre si alguna vez algún entrevistado le pidió leer una entrevista antes de publicarla, Varsavsky dijo que alguna le había pasado, pero nunca aceptó: "Los escritores anglosajones no hacen eso, porque es mala educación. O confiás en el periodista, o no confiás. A mí me parece que una entrevista es algo donde uno se suelta y acepta ser interrogado".
Acerca de la contraparte, la también novelista de la obra El resto de su vida, confesó que hay distintas formas de presentarle el entrevistado al lector y que depende del medio para el que se haga: "también depende de si es un medio de difusión masiva, del tipo de diario, etcétera. Por eso cuando entrevistaba a un escritor hacía una nota distinta para cada diario, porque cada medio tiene un perfil distinto".
La escritora, también, relacionó las buenas entrevistas con la cinematografía: "Una buena entrevista requiere toda una preparación y capacidad de improvisar, como los buenos actores. Directores de cine me comentaron alguna vez que actores les cambiaron el guión. Me parece que esa flexibilidad es muy importante tenerla de parte del periodista. Un buen director sabe que el guión es un texto a probar", dijo.
Para ilustrar a quienes se inician en la entrevista, el formato que más le acomoda a la literata es el de realizar una conversación cara a cara con el entrevistado y en profundidad: "Estar con la persona y poder conversar libremente es cuando más salen temas distintos. Porque a un escritor lo entrevistan tanto hoy en día que tiene una especie de cassette y dice siempre lo mismo. En mi experiencia, la única forma de llegar a otros temas es en una conversación con la persona sentada adelante, en su casa, además se van dando situaciones -aparece el perro en medio de la entrevista, el marido, la mujer, o alguna vez me invitaron a comer-, cosas que no se darían jamás de otra forma", recomendó a los estudiantes asistentes a la charla magistral.