Una novela diferente, en la que la intimidad y la participación social de los personajes es vista desde una perspectiva absolutamente singular e iluminadora.
Dos personajes aprecian y ensalzan la feliz circunstancia de haberse conocido. Los ha acercado la semejanza de pareceres e historias, aunque
ambos pertenecen a culturas distintas. Ese memorable encuentro dejará de ser una anécdota cuando ambos reconstruyan el resto de sus vidas
desde otros puntos de vistas, cuando el paso del tiempo ha corregido-o destruido- muchas señales.
De la novela anterior de Paula Varsavsky, «Nadie alzaba la voz», David Lodge, el gran novelista inglés, ha escrito: «Admiro el coraje por permanecer fiel al lenguaje restringido de la joven narradora, la ausencia de retórica y de lirismo. En este libro triunfa la honestidad».