Ulises, Claves de lectura, de Carlos Gamerro se publicó por primera vez en el año 2008. Celebramos su reedición por la editorial Interzona. Se trata de un texto de 416 páginas cuya función es brindarle al tenaz lector de la obra maestra de James Joyce -su laberíntico Ulises- una forma de acompañamiento a lo largo de la lectura de esta extensa novela que ha dejado a varios desahuciados por el camino.
El autor nos pone al tanto de que ni siquiera Borges ha podido completar la lectura del Ulises, pero que igualmente consideró conocerla argumentando que, de la misma manera, no se necesita recorrer cada recoveco de una ciudad para afirmar que se la conoce.
En contraposición, Gamerro, nos invita a leerlo en su totalidad y nos ofrece su generosa ayuda.
Uno de los aportes de este libro es que incluye la perspectiva del lector argentino: “Si bien es frecuente leerla en el contexto de la literatura universal, o de la inglesa, creo que un interés adicional que puede tener para los lectores latinoamericanos deriva del hecho de que es una novela escrita desde un país colonial y tercermundista”.
Compuesto por 18 capítulos, cada uno está referido al capítulo homónimo de la novela de Joyce y a un episodio correspondiente de la Odisea. Pero Gamerro no solamente recorre en detalle este paralelo sino que también identifica referencias intertextuales y citas de otros autores, tales como William Blake, W.B. Yeats, Oscar Wilde, Shakespeare, Boccaccio, Dante o las obras anteriores del mismo Joyce, Dublineses y El retrato de un artista adolescente.
Las referencias a la religión, a la historia de Irlanda, a la educación en colegios jesuitas, a los colores, a las tendencias filosóficas imperantes en el momento en que está situada la novela - el 16 de junio de 1904- son algunas de las claves.
En cuanto al monólogo interior, el gran aporte de Joyce a la literatura universal, el último capítulo de Ulises, se lo brinda al personaje Molly, quien se explaya ininterrumpidamente a lo largo de 60 páginas. Escandaloso para su época, el autor comenta: “Joyce descubrió una mujer que pensaba así, hablaba así y también escribía así: las cartas de Nora eran no sólo sexualmente explícitas sino sintácticamente anárquicas, y en lo que otros hubieran visto mera falta de educación, Joyce descubrió un estilo”.